A partir de ahora, encontrar a tu príncipe azul puede que sea, no ya difícil, sino materialmente imposible. Después de una petición realizada por un ciudadano español, por Derecho Constitucional, al Congreso de los Diputados, este ha tomado buena nota y... se tambalea la Monarquía española. Toma! eso es tener tiento y lo demás cuento. Un par de clases deberían darle, a ese reportero de corbata anticuada y mirada caduca que tanto arremete contra la realeza española, y que sólo se queda en pataleta de patio de colegio. Me refiero a Jaime Peñafiel. Tanto corrillo de la Campos, y tanto artículillo inmobiliario invitando, poco menos, que a la especulación urbanística, para los mejor pensados, o a las dudosas y diversas empresas de Urdangarin, para el resto, para que la fórmula, querido Peñafiel, fuera mucho más lícita. Menos periodismo de portería y más ética profesional. Los trapos sucios se lavan en casa, y no se aprovecha la accesibilidad a los medios para desparramar, seguramente, las rencillas personales. Porque eso tiene otro nombre y otro color en la profesión. Supongo que eso sí que lo sabe. Por sus comentarios no son pocos los que pensamos, menos los que lo saben, que alguna escocedura tiene. Si se materializara este deseo escrito por un ciudadano, y deseado por otros muchos, ¿tendría contra quién escribir, o aplaudiría la caída del Imperio? Ya lo dice el refrán: no hace daño el que quiere, si no el que puede. |
Que a la Corona española la queda poco no pilla a nadie de sorpresa; reinará Leti, perdón, Felipe y se acabó.
A ver cuando me haces una visita´.